miércoles, 9 de julio de 2014

Pescado fresco, sabor y salud.

 

         Hoy no vengo a hablaros de ningún producto específico, sino del pescado fresco que cada día dejan en las lonjas repartidas por toda nuestra geografía, nuestros bravos pescadores. En sus capturas hay gran variedad de especies, y de precios muy diversos. Pero tienen un denominador común, la frescura y el sabor. Unos extraordinarios manjares que cada vez han sido más relegados por los pescados de piscifactoría y congelados.

         La acuicultura, es decir el cultivo de pescado, cada vez tiene más adeptos ya que permite el consumo de unas especies que capturadas tienen un precio mucho más alto. Pero la diferencia de sabor entre ambas dista una enormidad. Además el artificial engorde al que se somete a los pescados de piscifactoría, hace que se resienta su aporte nutricional. Para poner un ejemplo que todo el mundo puede entender, es como comparar un cerdo criado en una dehesa que se alimenta de bellota, a otro engordado en una granja a base de pienso.

         Si hablamos de la pesca congelada, en muchas ocasiones su consumo se debe aparte de su inferior precio, a que por lo común se vende en forma de filetes sin espinas, que facilitan el consumo del pescado. Si en la pesca de acuicultura, notábamos gran diferencia si la comparábamos con extractiva, aquí la distancia es aún mayor, por provenir esos pescados de zonas del mundo donde los controles sanitarios dejan mucho que desear. En cuanto a la calidad del producto, en sus variedades más modestas como el Panga, decir que son mediocres es ser muy benévolos con ellas. Sí además nos referimos concretamente al Panga, he de deciros que en varios análisis realizados el año pasado, han hallado sustancias perjudiciales para nuestra salud y que en Estados Unidos se ha prohibido su venta. Si queréis saber más os remito a este enlace del magnífico blog EL ADEREZO (http://eladerezo.hola.com/salud-y-bienestar/estamos-seguros-consumiendo-panga.html).
         Claro que habrá muchos que me dirán, de acuerdo yo ya sé que el pescado fresco está mucho más rico que el congelado y el de piscifactoría, pero es mucho más caro. Pues yo les diría que esa afirmación no es del todo cierta. Claro que una “Merluza de Pincho” del Cantábrico está generalmente por las nubes y que un buen “Mero” suele alcanzar precios astronómicos. Pero también tenemos variedades más modestas, de pescados que pueden resultar exquisitos y que además son más baratos que los congelados y de piscifactoría.
         Los que residen en localidades portuarias, tienen a su disposición multitud de esas especies. Aunque los que vivimos en el interior, tenemos una oferta mucho más exigua, podemos disfrutar de alguna de ellas, como las dos opciones que os presento. La primera de ellas es la popular “Bacaladilla”, un pescado blanco que también se conoce como “Lirios”, “Perlitas” etc. Es un pescado de gran aporte nutricional puesto que es una especie de gran voracidad, uno de sus bocados preferidos son las quisquillas. Tan estupenda alimentación da como resultado una carne tersa y muy sabrosa, siendo ideales para consumirlas fritas.
         La segunda alternativa son las sardinillas. Muy populares como conserva, también se encuentran con frecuencia frescas. Hace poco pude comprar por poco más de tres euros el kilo, unas sardinillas finísimas, sin escamas, que después de limpiarlas minuciosamente  y extraerles la espina dorsal, tras pasar por el congelador, constituyeron un manjar de príncipes al rebozarlas y añadirles salsa de tomate. Una auténtica delicatesen con una gran riqueza nutricional. Aunque no tengáis mucho tiempo, os pido que reservéis algo de él para probar estas auténticas delicias del mar. Vuestra salud y  paladar os lo agradecerán.

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