jueves, 29 de mayo de 2014

Comida rápida...Y buena.


         Demasiado a menudo disponemos de muy poco tiempo para cocinar. Esto nos obliga a caer irremediablemente en la llamada “Cocina rápida”. Con este nombre titulamos todo tipo de alimentos, frescos o congelados, precocinados que simplemente tenemos que calentar o elaborados que hacemos en la sartén o freidora.
 

         Uno de los más populares y que más tiempo lleva entre nosotros son los conocidos como San Jacobos. Su origen e introducción en la cocina popular no está nada clara, por lo que prefiero no dar datos que pueden ser erróneos y que al fin y al cabo poco importan para el objetivo de este blog, que consiste en comer bien y por poco dinero. Tan solo afirmar que por lo común el San Jacobo consiste en dos lonchas de jamón cocido, con una de queso fundido en medio de ambas y finalmente rebozado con pan rallado y huevo.

         Muy demandado por los más pequeños de la casa, por lo general la mayoría de los San Jacobos que se nos ofrecen tanto en el arcón de congelados, como en la sección de frescos dejan bastante que desear. En algunos casos la calidad puede llegar a ser ínfima, con un fiambre de cerdo de la peor especie y un queso que en vez de fundirse adquiere una textura pastosa francamente desagradable. Más finalmente he dado con unos que pueden satisfacer los paladares más exigentes, siendo una opción muy recomendable para proporcionar una comida o una cena de absoluta garantía.
         Estoy refiriéndome a los San Jacobos que comercializa una empresa de Calahorra (La Rioja) llamada “Calatayud”. Para quien no la conozcáis se trata de una empresa familiar que viene dando servicio desde 1962 y que está especializada en carnes de ave. Porque otra de las diferencias de este producto es que el fiambre con que está hecho es de pollo. Un fiambre de gran calidad fabricado por la propia empresa que gestiona todo el producto, ya que posee matadero propio. El queso que lleva también ralla a gran altura, mientras que el rebozado es una fina y delicada capa, que poco tiene que ver con los rebozados ordinarios tan habituales en estos productos.
         Además de en muchas carnicerías del norte de España, se puede adquirir este magnífico producto elaborado, en los supermercados e hipermercados de Eroski, siendo el coste de una bandeja de aproximadamente medio kilo de peso, algo más de cuatro euros. Una excelente relación calidad-precio para unos San Jacobos que nunca os defraudarán. Os doy mi palabra.
 
Para saber más:
 
 
 
 

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