Demasiado a
menudo disponemos de muy poco tiempo para cocinar. Esto nos obliga a caer
irremediablemente en la llamada “Cocina rápida”. Con este nombre titulamos todo
tipo de alimentos, frescos o congelados, precocinados que simplemente tenemos
que calentar o elaborados que hacemos en la sartén o freidora.
Uno de los más
populares y que más tiempo lleva entre nosotros son los conocidos como San
Jacobos. Su origen e introducción en la cocina popular no está nada clara, por
lo que prefiero no dar datos que pueden ser erróneos y que al fin y al cabo
poco importan para el objetivo de este blog, que consiste en comer bien y por
poco dinero. Tan solo afirmar que por lo común el San Jacobo consiste en dos
lonchas de jamón cocido, con una de queso fundido en medio de ambas y
finalmente rebozado con pan rallado y huevo.
Muy demandado
por los más pequeños de la casa, por lo general la mayoría de los San Jacobos
que se nos ofrecen tanto en el arcón de congelados, como en la sección de
frescos dejan bastante que desear. En algunos casos la calidad puede llegar a
ser ínfima, con un fiambre de cerdo de la peor especie y un queso que en vez de
fundirse adquiere una textura pastosa francamente desagradable. Más finalmente
he dado con unos que pueden satisfacer los paladares más exigentes, siendo una
opción muy recomendable para proporcionar una comida o una cena de absoluta
garantía.
Estoy refiriéndome
a los San Jacobos que comercializa una empresa de Calahorra (La Rioja) llamada “Calatayud”.
Para quien no la conozcáis se trata de una empresa familiar que viene dando
servicio desde 1962 y que está especializada en carnes de ave. Porque otra de
las diferencias de este producto es que el fiambre con que está hecho es de
pollo. Un fiambre de gran calidad fabricado por la propia empresa que gestiona
todo el producto, ya que posee matadero propio. El queso que lleva también
ralla a gran altura, mientras que el rebozado es una fina y delicada capa, que poco
tiene que ver con los rebozados ordinarios tan habituales en estos productos.
Además de en
muchas carnicerías del norte de España, se puede adquirir este magnífico
producto elaborado, en los supermercados e hipermercados de Eroski, siendo el
coste de una bandeja de aproximadamente medio kilo de peso, algo más de cuatro
euros. Una excelente relación calidad-precio para unos San Jacobos que nunca os
defraudarán. Os doy mi palabra.
Para saber más:
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