El marisco es
frecuentemente un artículo de lujo, y los que conseguimos a un precio asequible
son productos congelados, de variada procedencia y de calidad discreta. Pero
tenemos a nuestro alcance un producto exquisito y a un precio muy económico. Estamos
hablando de los mejillones, un alimento con un aporte nutritivo de primera
categoría y fuente de platos deliciosos.
Ese precio tan
competitivo es gracias a la crianza por bateas, un cultivo que hace posible
tener este producto en gran cantidad. Ya en 1235 hay noticias de que se
cultivaba este apreciado molusco aunque no fue hasta finales del siglo XIX,
cuando se lograron definir las técnicas que han derivado en los procesos
actuales.
Además de económico,
fácil de encontrar y de gran alimento, el mejillón tiene otra baza a su favor, su versatilidad. Son muchas las
recetas en el que es el ingrediente principal. Son muy socorridos como
aperitivo: con tomate, o a la vinagreta,
o los picantitos y deliciosos tigres, todos dignos de la mejor barra de pinchos.
E igualmente en platos contundentes, acompañando a una buena pasta, junto a las
deliciosas alubias de riñón, o a unas exquisitas patatas.
Aunque habitualmente
he consumido los de las rías gallegas, últimamente también he podido saborear
los cultivados en el delta del Ebro, magníficos de sabor. En cualquiera de los
casos, una delicia para nuestro paladar, siempre por muy poco dinero.
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